miércoles, 7 de noviembre de 2012

El Banco Central Europeo y el SEBC

El Banco Central Europeo (BCE) es el banco central de la Unión Europea, la administración que administra la política monetaria de los 17 estados miembros de la Eurozona. El BCE fue establecido por el Tratado de Ámsterdam en el año 1998 y tiene su sede en Frankfurt del Meno (Alemania). El objetivo primordial del Banco Central Europeo y del Servicio Europeo de Bancos Centrales (SEBC) es el de mantener la estabilidad de los precios (con una inflación de alrededor del 2%) y apoyar las políticas económicas generales de la Unión Europea, favoreciendo así la independencia de los Bancos Centrales Nacionales y convirtiendo a éstos en una especie de sucursales con funciones de control y supervisión. Las instituciones de la Unión Europea y los gobiernos nacionales están obligados por los tratados a respetar la independencia del BCE. 


Las funciones del BCE son EJECUTIVAS (definir y ejecutar la política monetaria de la Unión), CONSULTIVAS (ante cualquier propuesta o proyecto en el ámbito de sus competencias), de INFORMACIÓN ESTADÍSTICA y de COOPERACIÓN INTERNACIONAL. Además, tiene el derecho exclusivo de autorizar la emisión de billetes de euro. Los estados miembros pueden emitir monedas de euro, pero la cantidad debe ser autorizada de antemano por el BCE.

En el siguiente gráfico podemos observar cómo la inflación pudo mantenerse más o menos estabilizada en torno al 2% desde 1999 hasta 2007, gracias a la acción del BCE:


EL BCE consigue mantener la estabilidad de los precios a partir de la inyección de liquidez con garantía de activos en una subasta semanal. Los bancos pueden solicitar dinero (liquidez) para cubrir sus necesidades e intereses y, para ello, deben presentar activos garantizados (por ejemplo, a través de títulos de deuda o hipotecas). Los bancos piden prestado dinero en efectivo y deben devolverlo. Los cortos periodos de tiempo en la duración del préstamo permiten que las tasas de interés se ajusten continuamente. La facilidad marginal de crédito es el interés al que el Banco Central prestará dinero sin trabas. El precio mínimo de puja es el que deben alcanzar los bancos para poder recibir dinero. Los bancos, además, pueden depositar su dinero en el BCE, siempre a un interés más bajo que el precio mínimo de puja. 

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